
Guaraná, también conocida como Paulinia bebible (Paullinia cupana Kunth), es una liana tropical perenne de la familia Sapindaceae, originaria de la región amazónica de Brasil. Las tribus indígenas la cultivan desde hace siglos y la utilizan, considerándola una planta medicinal. El nombre “Guaraná” proviene de la expresión “warana”, que en la lengua tupí-guaraní significa “ojos de Dios”, en referencia a la apariencia de sus frutos, que se asemejan a ojos humanos (Malík y Tlustoš, 2023). Los frutos son cápsulas de un rojo brillante que se abren al madurar y revelan de uno a tres semillas negras, parcialmente cubiertas por una pulpa blanca (Erickson et al., 1984). Esta apariencia característica dio origen a la leyenda de la tribu Maués, según la cual el arbusto nació de un niño asesinado, cuyos ojos continuaron viviendo en forma de frutos (Marques et al., 2019a).
La primera mención escrita del guaraná data de 1669, realizada por el misionero jesuita Johannes Philippus Bettendorf, quien describió su uso contra fiebre, calambres y dolores de cabeza. En el siglo XVIII, también se utilizó contra la diarrea. Tradicionalmente, las semillas se secan, se tuestan y se muelen hasta obtener un polvo fino, que luego se añade a bebidas con efecto estimulante. Los nativos las consumían para aumentar la energía, suprimir el hambre y mejorar la resistencia física (Marques et al., 2019b).
Botánicamente, se trata de una planta trepadora con hojas compuestas alternas, que llevan de tres a cinco foliolos más pequeños. Los pequeños racimos de flores, de blanco a verde-blanquecino, se transforman en frutos llamativos de color rojo brillante, de los que normalmente madura una semilla de color marrón oscuro a negro, aproximadamente del tamaño de una avellana (Luiz Atroch y do Nascimento Filho, 2018).
Las semillas de guaraná contienen altas cantidades de alcaloides purínicos, especialmente cafeína, teobromina y teofilina (Fig. 1), con un contenido de cafeína entre 2–8 %, equivalente a unos 50 mg de cafeína por gramo, es decir, hasta cinco veces más que los granos de café (Baumann et al., 1995). Los taninos constituyen aproximadamente el 16 % del peso de la semilla y retrasan la liberación de cafeína, prolongando su efecto estimulante y reduciendo los picos de energía abruptos. Entre los taninos condensados se encuentran epicatequina, catequina y varios proantocianidinas, que poseen fuertes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, contribuyendo así a la protección celular contra el daño oxidativo (Malík y Tlustoš, 2023; Sangeeth Shyam Sundar et al., 2024).
El guaraná también influye en los niveles de neurotransmisores como dopamina y noradrenalina, lo que puede mejorar la concentración, la memoria y la capacidad de respuesta (Torres et al., 2022). Además de metilxantinas y taninos, las semillas contienen polisacáridos, saponinas, ácidos grasos y oligoelementos (manganeso, rubidio, níquel, estroncio), que modulan el metabolismo lipídico y los procesos de desintoxicación en el organismo (Arantes et al., 2023; Malík y Tlustoš, 2023).
En cuanto al rendimiento físico, se ha demostrado que el consumo de guaraná aumenta la resistencia y retrasa el inicio de la fatiga. Por ejemplo, estudios en animales mostraron un tiempo de natación hasta el agotamiento más prolongado tras la administración de guaraná, efecto atribuido no solo a sus propiedades estimulantes, sino también a su capacidad de modular procesos metabólicos relacionados con el consumo de energía y el estrés oxidativo (Lima et al., 2005; Torres et al., 2022).
Además, se observó una mayor movilización de ácidos grasos desde los depósitos de grasa, aumentando el uso de lípidos como fuente de energía durante el ejercicio, reduciendo el consumo de glucógeno muscular y prolongando el tiempo hasta el agotamiento (Jagim et al., 2023).
En el ámbito cognitivo, el guaraná mejora funciones como la atención, la velocidad de procesamiento de la información y la memoria de trabajo (Gurney et al., 2023; Hack et al., 2023). Estudios aleatorizados en humanos demostraron que la ingesta de bajas dosis de guaraná aumenta la alerta y el rendimiento cognitivo sin causar pérdida de atención o fatiga posterior, como ocurre con la cafeína pura (Talik et al., 2024). Su mecanismo incluye la inhibición de los receptores de adenosina y la modulación de los sistemas dopaminérgico y noradrenérgico (Gurney et al., 2023).
Curiosamente, también se han observado efectos positivos con ingestas repetidas, incluyendo reducción de ansiedad y mejora del estado de ánimo, lo que sugiere un potencial del guaraná para la gestión del estrés y la carga mental (Pferschy-Wenzig et al., 2022; Torres et al., 2022). Otros estudios indican efectos neuroprotectores, útiles en la prevención de enfermedades neurodegenerativas (Costa et al., 2023), como retraso del deterioro cognitivo, reducción de la acumulación de beta-amiloide y modulación de procesos inflamatorios en el tejido nervioso (Arantes et al., 2023).
En conjunto, el guaraná posee un considerable potencial para apoyar el rendimiento físico y mental, tanto en aplicaciones agudas como en suplementación a largo plazo (Marques et al., 2019a).
La dosis recomendada de extracto de guaraná suele ser de aproximadamente 75 mg por dosis, equivalente a unos 9 mg de cafeína (Konstantinos y Heun, 2019; Talik et al., 2024). Dado que la dosis máxima segura diaria de cafeína normalmente oscila entre 400–600 mg, serían necesarias hasta unas 66 cápsulas de extracto por día para superar el límite seguro (Lin et al., 2022).
Cuando se usa de forma normal, el guaraná es seguro, pero el exceso de cafeína puede provocar efectos secundarios como insomnio, nerviosismo o taquicardia (Torres et al., 2022). Por ello, no se recomienda a personas con enfermedades cardiovasculares, embarazadas o lactantes, pacientes con diabetes, insomnio o cefaleas crónicas (Malík y Tlustoš, 2022). Además, puede afectar el metabolismo de ciertos medicamentos, especialmente aquellos que actúan sobre el sistema cardiovascular o nervioso central, como teofilina, warfarina o ciertos antidepresivos, requiriendo precaución y consulta médica en caso de medicación concomitante (Hladun et al., 2021).
Guaraná se combina a menudo con otros estimulantes naturales y nootrópicos, como té verde (Camellia sinensis), ginseng verdadero (Panax ginseng) o Bacopa monnieri (Brown, 2023; Kennedy et al., 2004; Konstantinos y Heun, 2019). Estas plantas poseen distintos mecanismos de acción: fomentan la alerta, mejoran funciones cognitivas, actúan como antioxidantes y neuroprotectores, y su combinación sinérgica puede aumentar tanto el rendimiento mental como físico (Malík y Tlustoš, 2023).
Otra combinación tradicional es Yerba Mate (Ilex paraguariensis), que mediante la liberación lenta de cafeína reduce sus efectos secundarios y proporciona una estimulación prolongada (Brown, 2023). Los suplementos modernos combinan guaraná con otros ingredientes bioactivos, como ginseng indonesio (Panax pseudoginseng), maca de montaña (Lepidium meyenii) o adaptógenos como ashwagandha (Withania somnifera). Estos preparados complejos apoyan la energía, capacidades cognitivas, equilibrio hormonal y vitalidad general (Nieman et al., 2024; Wojaczek et al., 2024).
Además de los estimulantes, existen productos con electrolitos o probióticos, que fomentan el metabolismo, la función inmunológica y la adaptación al estrés (Holkem et al., 2023). Extractos vegetales cuidadosamente estandarizados y combinados pueden ofrecer beneficios integrales para la salud, prestando atención a la dosis y al control de calidad de cada componente (Wang et al., 2023).
Guaraná representa un área de investigación prometedora, con potencial para mejorar funciones cognitivas y proteger las neuronas del daño y la degeneración, especialmente en relación con Alzheimer y Parkinson (Arantes et al., 2023). Sus compuestos bioactivos pueden actuar sinérgicamente y modular el metabolismo neuronal, mejorando las funciones cognitivas, especialmente con ingestas prolongadas y dosis óptimas (Gurney et al., 2023).
Los estudios futuros deberían centrarse en la estandarización de extractos y la optimización de dosis, ya que la composición del guaraná varía según el genotipo de la planta, las condiciones de cultivo y el procesamiento (Durazzo et al., 2022). También es importante evaluar la seguridad del guaraná a largo plazo en combinación con otros estimulantes o alcohol. Con el creciente interés en nootrópicos naturales, se espera que futuras investigaciones descubran nuevas aplicaciones del guaraná para mejorar el rendimiento mental y prevenir enfermedades neurodegenerativas (Malík y Tlustoš, 2023).
Para Kratom World redactado por:
Ing. Matěj Malík, Ph.D.
Investigador científico, postdoctorado
Facultad de Biología Agrícola, Alimentaria y Recursos Naturales, ČZU
Cátedra de Química Agroquímica y Nutrición Vegetal

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Fuentes